No es bella la rosa por su flor sino por su rizoma que la sustenta. Lo que no se ve sostiene un mundo embobado por las apariencias. No importa lo que piensas, la apariencia de un cuerpo que no eres ni la imagen que tanto te preocupa; no eres el personaje sino la persona; detrás de la máscara está la verdadera fuente de todo, observando cómo nos identificamos con todo este circo. Indaga, ¿quién eres? La flor cambiante o la raíz que la sustenta. Los pensamientos o quién los piensa. Si conectas con la raíz, conectas con la fuerza.