Después de varios gurús con sus egos de gurús, retiros espirituales que ofrecían el nirvana como plato principal del menú vegano, decenas de libros donde prometían iluminación más rápida que el wifi y entonar suficientes mantras y oraciones como para abrir su propia emisora de radio, se dio cuenta de que:
Se fue en busca de sí mismo, mientras «sí mismo» le acompañaba.