La mayor cobardía es

no reconocer el miedo.

Y el mayor miedo

es a no depender.

A soltar las identidades,

los apegos, las pertenencias

a las que perteneces.

Miedo a vivir como un tigre,

que no mira atrás

o el águila que no

se queja del viento.

¿Te imaginas? ¿Sin excusas? ¿Libre?

¡Qué miedo!