La gente se agolpa en las calles y no cabe un alfiler, ya vienen los héroes. Crecieron en esta ciudad y acuden a celebrar el premio. Hay bengalas por toda la ciudad, muchos hinchas corean sus nombres y la policía ha acordonado la zona de celebración por si hay incidentes pese a este momento de fiesta y algarabía.

Cuando aparecen… la muchedumbre se vuelve loca, aquí no hay clases sociales ni nada que se le parezca, las cuadrillas gritan sus eslóganes y los héroes del pueblo hacen su aparición. Ahí están, ya se les ve entre el humo de bengalas. Los dos premios nobel, uno de medicina y otro de literatura, de cuyos trabajos tantas personas se van a beneficiar, suben al escenario. ¡Viva la cultura! ¡Aúpa la ciencia! Se oye gritar a los aficionados agitando sus pancartas. Que bote, que bote, que bote la sabiduría…. Gritan al unísono. Semejantes premios internacionales han despertado la alegría de la ciudad en un disfrute colectivo retransmitido en directo por todas las televisiones.