En el frontón se intenta dirigir la trayectoria y el bote de la pelota hasta que finalmente queda fuera control.

He aprendido que no hay nada permanente, es decir, bajo control; ese control que los estados, clero, monarquías, mercado, capital… han intentado ejercer desde hace siglos sobre la sociedad.

La pelota suele rebotar y para seguir jugando hay que moverse por la cancha e improvisar. El juramento que se hizo en Versalles (en el que se prometió no disolver jamás la Asamblea hasta que hubiera una Constitución en Francia), fue en el escenario del Juego de la Pelota. Qué mejor emplazamiento para iniciar lo que fue una esperanza igualitaria que iba a romper la vieja tradición, el mismo juego, la misma mierda que pringaba siempre a los mismos, la realeza viendo la realidad, el Dios de aquel Clero (los privilegios) amenazado por un golpe de pelota magistral. Todo ello acompañado por la Ilustración con los Voltaire, Montesquieu, Diderot y la enciclopedia, Locke y largo etc. que venían a correr las cortinas para que entrara la luz y abrir las ventanas para que se fuera la ignorancia del pueblo. Kant la definió como sigue: La Ilustración significa el abandono del hombre de una infancia mental de la que él mismo es culpable. Infancia es la incapacidad de usar la propia razón sin la guía de otra persona. Esta puericia es culpable cuando su causa no es la falta de inteligencia, sino la falta de decisión o de valor para pensar sin ayuda ajena. Sapere aude «¡Atrévete a saber!» He aquí la divisa de la Ilustración.

Más de doscientos años después, la pelota vuelve a ser controlada por el poder. Antes, gracias a la ignorancia del pueblo no ilustrado, ahora gracias también a la ignorancia fomentada en forma de distracción, creación de necesidades y manipulación.

Eres tú el que tiene que dar a la pelota, pero para eso tendrás que saber dónde está y quién ha dirigido el último golpe.

No ha habido más Ilustración ni revoluciones parecidas porque ahora la burguesía es el ciudadano medio que defiende al poder, (cada uno al suyo) en esta sociedad en que el mejor control es que el individuo juegue al yo soy de este, tú de ese y el otro de aquel; mientras, este, ese y aquel se llevan la pelota a otra parte y ya solo queda el frontón.

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