Nos piden muchas veces que ofrezcamos nuestra mejor versión… ¡En todo momento! Qué maravilla vivir en un mundo donde todos somos jueces de la perfección ajena. ¿Acaso algunos se graduaron en la Universidad de la Perfección Humana? La mejor versión… para pasar la vida tratando de ser lo que los demás esperan que seamos.

La mejor versión… la mejor. ¿Estamos en un campeonato por el premio a la excelencia humana?

Pero cuidado con cuestionar o desafiar el sistema y sobresalir por ello. El clavo que sobresale… ya sabéis, se lleva un martillazo. No se toleran cuestionamientos, mejor ser uno del montón y seguir a los líderes comerciales, políticos, religiosos o la opción de seguidismo a la que se adhiera uno. Se fomenta quedarse quieto y seguir en la mejor versión del rebaño.

¿No sería mejor ofrecer la mejor “no imagen” la mejor “no pose” de uno mismo? Así nadie nos podrá juzgar porque, técnicamente, no estamos haciendo nada. Sin disculpas ni máscaras.

Los verdaderos héroes son aquellos que no encajan en expectativas ajenas sin importar un bledo lo que piensen, porque… ¿Quién quiere ser autentico cuando podemos vivir una mentira confortable?

Aquel que está más allá de la mejor versión, que no necesita encajar en expectativas ajenas, la persona que no necesita personaje que versionar, eso eres.