Todo se reduce al vacío. Un vaso, ¿sirve por su contenido o su vacío? Cuando la mente está llena solo hay confusión. Y hablemos de música; sin espacio entre las notas, ¿qué tendríamos? Ruido puro y constante, una armonía insoportable. Es ese espacio vacío entre las notas lo que da ritmo y significado a la música.

La ausencia da significado a la presencia. Sin la oscuridad de la noche, las estrellas no brillarían con tanta intensidad. Sin la paleta en blanco, el artista no podría pintar su obra maestra. Así es como funciona la creación, en el espacio entre los pensamientos, en el vacío donde las ideas toman forma.

Incluso las palabras más poderosas que inundan el papel siguen siendo solo eso, palabras en el papel. No son la historia que se despliega ante nosotros, sino meros mensajeros de la narrativa. Y esas imágenes impresionantes que se reflejan en la pantalla, son solo eso, imágenes. La verdadera magia reside en la pantalla misma, en su capacidad de traer esas imágenes a la vida.

El vacío es donde reside el potencial, la promesa de lo que está por venir. Es el lienzo en blanco donde cada uno de nosotros, como artistas de nuestras vidas, pinta su propia historia. Así que, abraza el vacío, porque en ese aparente vacío es donde la vida cobra vida, donde la creatividad florece y donde encontramos significado en este caótico mundo en el que vivimos.